Este castillo, construido por mandato de Carlos III en 1770 es uno de los ejemplos de fortificaciones del siglo XVIII mejor conserados de toda la costa andaluza.
Cumplió con los principios vitrubianos de la firmitas, utilitas y venustas (solidez, funcionalidad, y belleza) a la hora de realizar su construcción.
Actualmente, además de la visita historica, ofrece exposiciones temporales en sus salas.
En la actualidad La Herradura con su bahía, es un lugar tranquilo donde disfrutar del buen tiempo, la playa y el rico “pescaíto” frito, pero esto no siempre fue así, porque hasta el siglo XVIII era una zona de continuos ataques e incursiones de piratas berberiscos y corsarios. Por esta razón, el rey Carlos III en el año 1764, ordenó la construcción de un castillo- fortín defensivo.
Su denominación original fue la de “Batería para 4 cañones de La Herradura”, y se construyó siguiendo el proyecto redactado por el ingeniero José Crame en el año 1765, siendo finalizadas las obras de su construcción 6 años después.
Todo ello para proteger el trabajo de los pescadores y agricultores del lugar, de los ataques de los mencionados corsarios y piratas.
Desde su construcción hasta el año 1839 el Castillo de la Herradura fue utilizado por el ejército, año en que, una vez extinguida totalmente la piratería, fue cedido al cuerpo de Carabineros.
Su objetivo principal fue garantizar la seguridad y vigilancia de las costas y fronteras, así como evitar el contrabando.
Un siglo completo estuvo al servicio del Cuerpo de los Carabineros, porque en el año 1940, este cuerpo fue suprimido, y desde entonces hasta el año 2003 fue utilizado como casa-cuartel por la Guardia Civil.
Un par de años después, a principios del 2005 el Castillo de la Herradura fue adquirido por el Ayuntamiento de Almuñécar, el cual encargó su restauración al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), siendo finalmente restaurado por un equipo multidisciplinar integrado por arquitectos, restauradores, arqueólogos, y un experto en caracterización de materiales de la Escuela de Estudios Árabes, y todo el equipo dirigido por los doctores arquitectos, Antonio Orihuela Uzal y Antonio Almagro Gorbea.
La restauración comenzó en el año 2007 y finalizó completamente el mes de marzo de 2011, tanto del exterior como del interior de la fortificación, así como también, los trabajos de acondicionamiento del entorno, para su uso como antesala del propio monumento.
Abierto al público para su visita desde entonces, la visita al castillo, con independencia de la época del año es una propuesta para toda la familia. La misma se realiza en aproximadamente una hora, lo que permite disfrutar de otros atractivos de La Herradura, además el recinto abre al público tanto en horario de mañana como de la tarde.
Recientemente en el año 2021 se ha inaugurado el Museo Histórico “1562-La furia del mar”, llegando a ser un espacio cultural que mantendrá vivo el recuerdo del naufragio que ocurrió frente a las costas de la Herradura en el año 1562, en el cual se produjo el hundimiento de 25 galeras de la Armada, en el que perdieron la vida más de 5.000 personas, un desastre naval mayor que el del Titanic a principios del siglo XX.
El Castillo de la Herradura está situado a 120 metros de la bahía, y curiosamente se encuentra únicamente a 8 metros sobre el nivel del mar, no está sobre ninguna colina. Aunque tiene una gran importancia estratégica porque se comunica con las torres vigía de la Punta de la Mona y de Cerro gordo.
Todo el recinto amurallado es rectangular su fachada principal tiene forma de herradura. Además, posee dos torres semicirculares en los ángulos Noroeste y Noreste. También hay que destacar que hacia el sur dispone de una gran batería semicircular para la artillería.
En su interior encontramos un gran patio central, alrededor del cual se distribuyen las distintas dependencias, que se utilizaban para las tropas. En el lateral derecho del patio se sitúa una alberca, probablemente construida sobre un antiguo aljibe, mientras que en el ángulo Sureste arranca la escalera que sube a la terraza que ocupa toda la superficie del edificio.
De los dos extremos de la herradura de la fachada principal partían sendos muros que formaban originalmente un foso ante la puerta, aunque en la actualidad ha sido cubierto.