A lo largo de toda la playa de Almuñécar y La Herradura encontramos muchos de los famosos chiringuitos. Los chiringuitos son esos bares playeros, tan típicos y arraigados en toda la Costa del Sol Tropical, cuyo origen es igualmente difuso. Aunque muchos se han modernizado en beach clubs y han pasado a llamar a las tumbonas de toda la vida como “camas balinesas”.
Aunque todos los chiringuitos a lo largo del litoral sexitano son muy similares, tanto en su oferta como en su estilo, podemos encontrar entre ellos diferentes ambientes, como ya hemos señalado algunos continúan teniendo ese clima clásico de bar fabricado con cañas a la orilla del mar, hasta los “beach clubs” más modernos, pero lo que todos tienen en común es su encanto veraniego que permanece siempre.
También, aunque con muy poco margen hay algunas diferencias de calidades y servicios entre los distintos chiringuitos.
La definición del chiringuito clásico de toda la costa española y por ende del litoral sexitano, es un establecimiento de comida, bebida y tapeo enclavados en la playa, contiguos al paseo marítimo, pero también hay playas no urbanas donde encontramos su chiringuito, como en la playa del Muerto donde podemos descubrir el chiringuito regentado por Justo Bagúeste o la Barraca en la playa de Cantarriján.
Entre las características más destacadas de los chiringuitos, además de tener una terraza en la arena de la playa con sus sombrillas, es que elaboran muchos de sus platos (como los espetos de sardinas) con leña en un fuego que arde dentro de una barca varada en la playa llena de arena.
El sabor que le da ese fuego tanto a las sardinas como al pulpo es exquisito y característico.
El origen más extendido de la palabra chiringuito comienza su historia a finales del pasado siglo XIX, cuando los trabajadores de las plantaciones de caña de azúcar en Cuba hacía sus descansos para tomar un café, el cual colaban en una fina tela por la que salía un pequeño chorro al que los jornaleros llamaban “chiringo”, que acabó derivando en “chiringuito”, por eso los quioscos improvisados con cañas donde se tomaban el café acabaron siendo bautizados como chiringuitos.
Posteriormente, en el año 1.913 en Sitges (Barcelona) abrió un bar en la playa al que el escritor César González Ruano, que a diario lo visitaba, nombró como “El Chiringuito” como homenaje a los trabajadores de su añorada isla caribeña.
Pero hay más historias, teorías e hipótesis del origen de porqué se llama a estos establecimientos “chiringuitos”.
Pero lo más importante es que sea cual sea su origen, sin lugar a dudas, lo que nos importa es que estos en principio precarios establecimientos, que con las sucesivas leyes de costas y de sanidad han ido siendo obligados a ser fabricados o remodelados en construcciones de obra, son lugares donde el tiempo se detiene y nuestro cuerpo siente una sensación de bienestar difícil de encontrar en cualquier otro lugar del mundo, hablamos de ese encanto especial que se siente en esos momentos del aperitivo o la comida tras una mañana de vacaciones en la playa, por todo ello te invitamos a que disfrutes de cualquier chiringuito de los muchísimos que puedes encontrar a lo largo de todo el litoral sexitano.
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