Justo al llegar a la Herradura por la entrada que da acceso a la Carretera Nacional 340, la que fuera la carretera más larga de España, la cual sigue, el trazado de la antigua Vía Augusta construida por los romanos, nos da una calurosa bienvenida una espectacular escultura que se encuentra en el Paseo Andrés Segovia de la pedanía sexitana.
Es muy fácil de encontrar este monumento ya que como hemos señalado está justo en la entrada principal a este núcleo de población.
Se trata de un monumento en bronce del año 1.990, obra del escultor granadino Miguel Moreno, que representa la tradición marítima y es un homenaje al espantoso naufragio de la Armada de Felipe II en el siglo XVI.
La escultura representa a un hombre sentado en el suelo, con una pierna extendida y la otra flexionada, junto a la proa en posición vertical de una barca que se hunde en el mar, mirando hacia el cielo angustiado por el inminente hundimiento de la embarcación bajo las implacables aguas de la bahía.
Refleja la rabia y la impotencia de no poder hacer nada mientras el naufragio es inevitable.
El mencionado naufragio es un hecho histórico muy importante porque supuso un durísimo golpe para la Armada Española de la época ya que además de la muerte de casi 5.000 personas (más del triple de víctimas que en el famoso Titanic), entre ellas importantes y destacados marinos, mujeres y niños, también se perdieron 25 galeras de las 28 que formaba la escuadra capitaneada por Juan de Mendoza, pero sin embargo este hecho se fue volatilizando con el paso de los años, pero gracias al trabajo de la historiadora María del Carmen Calero Palacios, en su tesis, este hecho fue recuperado para la memoria histórica porque con su trabajo se pudo editar un libro altamente documentado en el año 1974 y, posteriormente, reeditado en 1990, coincidiendo con la inauguración de este monumento.
Gracias a este importante trabajo de investigación los vecinos e historiadores conocieron los acontecimientos que ocurrieron en las aguas de la bahía de La Herradura y sus terribles consecuencias.
Fue una espeluznante tragedia, porque en esas 25 naves que se hundieron eran transportadas las familias de muchos soldados que se encontraban en Orán, y se había trasladado hasta Málaga para aprovisionarse antes de desplazarse hasta el continente africano.
Pero debido al mal tiempo, Don Juan de Mendoza y Carrillo, capitán general de la flota, para refugiarse del mal tiempo ordenó resguardarse en la bahía de La Herradura. Sin embargo, el fuerte oleaje y el viento primero empujaron a los barcos unos contra otros para después acabar chocando contra los riscos de los acantilados.
Además, la estatua está rodeada por un grupo de palmeras, rocas y bancos del parque y se ha convertido en un lugar de reunión popular para los habitantes y visitantes de La Herradura.
Asimismo, cada 19 de octubre, día del fatal naufragio ocurrido en el año 1.562, esta efeméride es recordada en La Herradura con la celebración de diferentes actos culturales.
En los que, aunque no hay un protocolo oficial establecido, si se suelen llevar a cabo distintos actos como la inauguración de un empedrado artístico; demostraciones sobre navegación y orientación dirigido a los escolares; ofrendas florales, ya no solamente en memoria de las víctimas del histórico naufragio si no recordando a todos los fallecidos en el mar; y también hay que destacar que en todos estos eventos hay una gran participación tanto ciudadana como de instituciones públicas y empresas privadas, desde la Guardia Civil hasta las escuelas y clubes de buceo de La Herradura.