Los Peñones de San Cristóbal, también conocido simplemente como Peñón o Peñones del Santo, es un mirador considerado monumento natural de carácter geográfico por la Junta de Andalucía desde el 22 de noviembre de 2001, entre otras razones por su elevado interés geográfico, ya que es donde confluyen el valle tropical, el paisaje típico de la Alpujarra, y obviamente las estribaciones de Sierra Nevada (techo de le Península Ibérica).
Además del interés turístico y paisajístico, ya que ofrece una de las mejores vistas de la ciudad y el mar.
Este singular enclave, está compuesto por tres peñones, que se adentran en el mar y sirven de separación natural de dos de las playas más insignias de la Costa de Almuñécar, la Playa de San Cristóbal y la de Puerta del Mar.
También, estos peñones pueden verse desde casi cualquier punto de la ciudad. Aunque se conoce a todo el conjunto con el nombre del mayor de los tres peñones, cada uno tiene su propia denominación: El Santo de 30 metros de altitud; El En medio de hasta 10 metros de altura; y El Afuera, que se encuentra más adentrado en el mar, y de hasta 12 metros de altura.
Su acceso peatonal es desde el Paseo Marítimo, a través de rampas y jardines a su zona más elevada, hasta llegar a la plaza del mirador donde está instalada desde el año 1.900 la cruz que corona el mirador. Y como es obvio todo el conjunto tiene un gran valor simbólico y un indiscutible interés natural y paisajístico.
Aunque muchas culturas desde la antigüedad, por algo Almuñécar es la ciudad más antigua del Mediterráneo español, han dejado su huella en la actual ciudad, y se cuenta que en este lugar cuando llegaron los fenicios ya había un pequeño templo que se perdió con el devenir de los siglos.
Pero lo que es indudable es que quienes tuvieron más impacto en la ciudad sexitana fueron los musulmanes durante toda la Edad Media, y muestra de ello son entre otros los restos de la muralla que podemos encontrar en la subida al Peñón, así como la majestuosa estatua de Abderrahmán I, que da la bienvenida a todos los visitantes en la entrada de los peñones de San Cristóbal, el cual llegó a Almuñécar desde Damasco el 15 de agosto del año 755 después de Cristo.
Y también desde el Peñon del Santo tenemos unas inmejorables vistas del viejo castillo árabe, convertido en el Castillo de San Miguel tras la Reconquista cristiana de finales del siglo XV. Antiguamente, este monumento era una isla, la cual estaba unida a la fortaleza por un puente cuyos restos aún pueden apreciarse.
Y como no, un lugar tan emblemático no podía ser ajeno a leyendas, mitos y estar rodeada de un halo de misticismo.
Entre otras la más famosa leyenda sobre su origen es la que cuenta que estas formaciones rocosas son el fruto de la petrificación de dos valientes caballeros que rivalizaron y compitieron por la conquista de una bella mujer.
La cual no era otra que la hija del alcaide de la antigua fortaleza. Pero la indecisión del alcaide para conceder la mano de su hija, desembocó en la desesperanza de ambos enamorados que se arrojaron al mar desde la fortaleza convirtiéndose en rocas por la fuerza del amor.
Por otro lado, geológicamente hablando la composición de los peñones es de materiales alpujárrides, duros y oscuros, compuestos por esquistos muy afectados por la erosión que genera el oleaje marino.
Además, hay que destacar su importancia como hábitat natural ya que aquí anidan distintas aves acuáticas, como los cormoranes y una espectacular colonia de gaviotas.
Pero también bajo sus aguas encontramos un paraíso para los snorkels ya que entre otros elementos podemos disfrutar de praderas de algas donde viven y crían varias especies de peces, invertebrados como anémonas, corales y erizos, y algunas especies en peligro de extinción como la lapa ferruginosa.
Es probable que la muerte de Chanquete, el entrañable personaje interpretado por Antonio Ferrandis en la famosa serie más repuesta de la historia de Televisión Española, Verano Azul, sea uno de los momentos que ha marcado la infancia televisiva de muchos españoles.
Y no podemos obviar que casi toda la serie fue rodada en el vecino pueblo malagueño de Nerja, pero al César lo que es del César, la escena más conmovedora y emotiva jamás rodada, como ha llegado a ser calificada, es sin duda el entierro de Chanquete con su acordeón.
Pues esta escena fue rodada en el Peñon del Santo, a principios de los años 80, y es donde está la ficticia tumba de Chanquete, y en varios momentos de la escena se ve la silueta de los tres Peñones al son de la música de Amigos de Gines “Algo se muere en el Alma, cuando un amigo se va…”